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Acto de Señalización del Sitio de Memoria exCGIOR 8 de diciembre de 2021

El 21 de junio de 2018, durante la ceremonia en la que descubrimos una placa de memoria en este lugar decíamos, “Creemos en la importancia de trabajar sobre los sitios donde ocurrieron crímenes de lesa humanidad. La invisibilidad de esos espacios físicos contribuye al ocultamiento del pasado reciente. Visibilizarlos es necesario a la hora de construir la verdad…”. La verdad se va enriqueciendo con nuevos aportes a veces de las víctimas, a veces de los vecinos, a veces de la comunidad, a veces de los lugares donde ocurrieron los acontecimientos. “Esa verdad siempre precaria es un derecho de la ciudadanía, derecho a conocer los hechos y hacerse cargo de su pasado, derecho a construir su identidad con ella. Una identidad difícil de objetivar, por lo dolorosa y traumática, pero necesaria para no repetir errores y estar alerta ante propuestas revisionistas.”.

Tres años y medio después, algunas cosas han cambiado para mejor.

  1. Existe una Ley de Sitios de Memoria, la Ley 19.641 aprobada por unanimidad en el Parlamento en 2018 que aporta el marco legal para la construcción de la memoria.
  2. Emana de esta Ley la instalación de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria que en su resolución Nro. 7 del 8 de mayo de 2019 declarara Sitio de Memoria al ex CGIOR
  3. Una Red de Sitios de Memoria y un colectivo de hombres y mujeres que investigan lo sucedido en algunos espacios físicos de nuestro territorio con el objetivo de dar a conocer, nombrar, y reconstruir lo sucedido, compartir saberes y crear instancias de intercambio con la comunidad sobre lo que llamamos “el pasado reciente”.

Pero también, otras cosas han cambiado para peor. Hablábamos entonces de estar alertas ante propuestas revisionistas y lamentablemente hemos visto que este tipo de discursos ya no sólo se hace en las redes sociales sino también desde ámbitos institucionales. Intentan instalar un relato de la historia en el que se justifican prácticas que lesionan la dignidad humana y acusan, al amplio espectro de orientaciones políticas y sociales que enfrentamos la dictadura y reivindicamos la democracia, de tener una visión “hemipléjica” de la historia.  Insólitamente, medio siglo después de haber violado la Constitución de la República y haber dado un golpe de Estado quieren convencer de que, en realidad, tenían razón y reivindican la dictadura, la violación sistemática de los derechos humanos, y la concreción de delitos de lesa humanidad. Mientras siguen cometiendo el delito de desaparición forzada ocultando el paradero de nuestros familiares. Y estamos asistiendo nuevamente a la criminalización de la protesta y la persecución sindical.

¿Cómo puede justificarse torturar a hombres y mujeres maniatadas? ¿Qué ética puede defender las aberraciones y horrores que cometieron? ¿Qué puede haber de “honor” en detener a jóvenes embarazadas hasta que dieran a luz, para luego apropiarse de sus bebes y asesinarlas? ¿Qué puede argumentarse para castigar a ciudadanas y ciudadanos uruguayos sin las garantías de un justo proceso judicial, sin legítima defensa, sin relación entre la acusación y la pena que recibían?

En este sitio, funcionó el Centro General de Instrucción de Oficiales de Reserva (CGIOR) antes del Golpe de Estado. Aquí se violaron las libertades de ciudadanos sindicalizados o agremiados que en el marco de las Medidas Prontas de Seguridad fueron encarcelados en esta y en otras dependencias de las Fuerzas Armadas. Entre ellos, los bancarios y los trabajadores de la UTE, militarizados para regular sus jornadas laborales.

También, en plena dictadura, funcionó la Compañía de Contra Información e Inteligencia del Ejército que operó tanto dentro como fuera del país.  Luego se instaló en 1975 la Escuela de Inteligencia del Ejército que impartía cursos a oficiales uruguayos y extranjeros. Este espacio funcionó en los 80 como Centro Clandestino de Detención y Tortura. Aquí estuvieron detenidos, entre otros, los trabajadores del SUNCA que habían intentado organizar el 1 de mayo.

También en este lugar, mucho después, se encontraron los denominados “Archivos Berrutti”.

Hoy, en el marco de la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, 73 años después de que en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara la Declaración Universal de los Derechos Humanos decidimos hacer efectiva la señalización de este lugar como Sitio de Memoria, demorados por los hechos de público conocimiento.

Nos mueve la voluntad de que Nunca Más haya terrorismo de Estado. Nunca más delitos de lesa humanidad, nunca más secuestros, nunca más desapariciones forzadas. Nos mueve el deseo de que de una vez por todas podamos desterrar  aquellas prácticas autoritarias y represivas.

Igual que el 30 de noviembre de 1980, los uruguayos y uruguayas seguimos diciendo NO. Igual que el 27 de noviembre de 1983 nos seguiremos convocando por la democracia y la plena vigencia de los derechos humanos y la Constitución. Por eso mañana a las 18 hs llenaremos las calles, pintaremos de margaritas el país y diremos No a la prisión domiciliaria de los genocidas.

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